La Rioja

Un sistemático trabajo de campo nos ha permitido descubrir veintidós canteras de piedras de moler en los valles del Alhama, Linares, Cidacos, Leza, Jubera, Iregua y Najerilla, en La Rioja. No es una investigación agotada pues seguirán apareciendo nuevas explotaciones en los valles prospectados así como en las cabeceras de los ríos Oja y Tirón y en la Sierra de la Demanda.

 Las canteras estudiadas en La Rioja pertenecen a las siguientes localidades: Aguilar del río Alhama, Almarza de Cameros, Arnedillo, Calahorra, Grávalos, Enciso, Hornillos de Cameros, Igea, Islallana, Jubera, Luezas, Matute, Muro de Aguas, Robres del Castillo, San Vicente de Robres, Torrecilla en Cameros y Villarroya.

    En los valles del Jubera, Iregua y Najerilla se fabricaron molinos rotatorios manuales de tradición celtibérica y romana, pero son más abundantes los vestigios atribuibles a épocas medieval y moderna. La comercialización de piedras de molino está documentada en La Rioja entre el siglo XVI y el siglo XIX.

     Este importante legado quedó integrado en el Atlas europeo donde se registran más de seiscientas canteras de piedras de moler, un extraordinario patrimonio industrial que interpretaba de este modo el profesor Alain Belmont:

    “Mientras las iglesias seculares cuentan las historias de las creencias religiosas y los castillos en ruina evocan el poder de las élites antiguas, las canteras constituyen otro tanto como monumentos a la gloria del trabajo y de la vida cotidiana”.

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