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Florián Martínez fue el último molero de Paralacuesta. Tuvimos el placer
de pasear junto a su hijo Florencio por “El Cañuelo”, “Las Pozas” y “La
Bárcena”, tres parajes donde trabajaron los moleros de este pueblo
burgalés. |
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Las muelas de Treviño eran transportadas también a La Rioja y la Ribera
de Navarra. Inés Sainz Azuelo dice que “en el año 1801, el concejo de
Mendavia entrega 278 reales y treinta maravedís a Fausto Durana por el
coste de una piedra nueva que trajeron desde Triviño”.
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Antxón Aguirre Sorondo dedica un buen artículo a estas canteras en su Tratado de Molinología. En el año 1947 Gregorio Valencia, molero de Samiano, talla la última muela de Treviño y cobra por ella 1.500 pesetas. |
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